Las ganancias de Bank of America y Citigroup bajaron debido a que tuvieron que compensar sus malas prácticas hipotecarias.
Pese a que la paulatina mejora del mercado inmobiliario y las condiciones macroeconómicas en Estados Unidos han impulsado a los grandes bancos del país, la difusión ayer de los resultados de Bank of America y Citigroup en el 2012 pone de manifiesto que los abusos cometidos durante la crisis siguen persiguiéndolos.
BofA, relegado a finales del 2011 por JPMorgan Chase al segundo puesto de los mayores bancos del país, se anotó un beneficio neto de 4.188 millones de dólares, un 189 por ciento más que en el 2011, cuando ganó 1.446 millones, pero su volumen de negocios descendió un 11 por ciento a 83.300 millones de dólares, muy por debajo de las expectativas.
Pese a los mejores beneficios, los resultados del cuarto trimestre del año se vieron impactados por el acuerdo judicial alcanzado con la entidad hipotecaria Fanny Mae en relación con las hipotecas basura, y que implica el pago de más de 10.000 millones de dólares.
El pacto demuestra que el banco, que recibió un rescate de 45.000 millones de dólares durante la crisis, sigue lidiando con los problemas legales derivados de las hipotecas basura que heredó con su polémica compra de Countrywide, tras la caída de Lehman Brothers en 2008.
Más complicado ha sido para Citigroup capear los cargos relacionados con los abusos cometidos tras la crisis, que le han supuesto un cargo de 305 millones de dólares como parte del acuerdo por las ejecuciones hipotecarias en el cuarto trimestre, a lo que se suman otros 1.000 millones por el despido de 11.000 empleados.
El año pasado, su beneficio fue de 7.540 millones, 32 por ciento menos que en el 2011
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