miércoles, 25 de diciembre de 2013

Segundo al mando, el secreto mejor guardado de los líderes

 

Este profesional debe ser el consejero por excelencia, especialmente en los temas complejos del negocio.

Aunque la labor de un vicepresidente empresarial usualmente requiere mantener bajo perfil, su aporte es definitivo para la consecución de las metas de una compañía.

Aunque la sabiduría popular dice que “la mano derecha no debe saber lo que hace la izquierda”, en el mundo empresarial las cosas son muy distintas.
Basta con mirar la labor de los vicepresidentes, en quienes recae buena parte de la responsabilidad por la obtención de resultados de una compañía.
“Esta figura es tan importante que una organización puede funcionar con un presidente inexperto y con un buen segundo al mando, pero no al revés”, subraya Fabio Novoa, director del área de producción, operaciones y tecnología de Inalde Business School, al exaltar la labor de “los segundos”.
Y no es para menos, pues aunque normalmente este cargo se caracteriza por su bajo perfil, su labor trasciende la suplencia del presidente.
“Hay un concepto en términos de recursos humanos llamado la ‘soledad del liderazgo’. Para contrarrestarlo, es bueno contar con alguien para discutir las ideas y estrategias que se aplicarán en la compañía”, considera Javier Macchi, socio director de Advisory en EY Colombia.
Así las cosas, un buen vicepresidente debe ser un excelente consejero, que apoye al líder empresarial al momento de tomar decisiones difíciles y forje con él una relación simbiótica.
“Es poco usual encontrar a un presidente pidiendo consejos a la Junta Directiva, pues debe mostrar una imagen omnisciente de liderazgo y manejo total de temas. Cuando uno empieza a trabajar en equipo y va ascendiendo; el liderazgo se torna mucho más solitario”, agrega Macchi.
EJECUTAR Y SOLUCIONAR
Además de ser grandes consejeros, la labor de una buena mano derecha también consiste en aterrizar y ejecutar los lineamientos del líder empresarial.
“Se le dan unas funciones que tienen que ver con acompañar en la implementación de las decisiones de presidencia. Por eso, esta persona debe ser muy afín al líder”, indica Rafael González , director general de People Excellence.
Adicionalmente, al tener la capacidad de estar en contacto con el día a día de la empresa y el mercado, “el segundo” puede ser los ojos y oídos de los altos cargos respecto a lo que ocurre en la organización, bajo la premisa de anticiparse a posibles situaciones o aprovechar oportunidades potenciales.
“Una buena mano derecha tiene la oportunidad de estar más en contacto con las necesidades de la compañía para transmitirlas”, indica César Nieto, profesor de la Universidad EAN.
Gracias a dicha posibilidad, “el segundo” también aporta con la resolución de conflictos, una labor que puede pasar desapercibida para los máximos directivos, pero que marca la diferencia en el trabajo de los colaboradores de la compañía y su productividad.
ALGUNOS ERRORES COMUNES
Aunque popularmente se habla de posibles rivalidades en el ejercicio de las funciones entre presidente y vicepresidente, la realidad es que la calidad del perfil del segundo habla mucho del primero.
Entre los errores más comunes que cometen los vicepresidentes están, de acuerdo con Rafael González, limitarse a implementar y seguir los lineamientos del líder, sin dar valor adicional a las funciones.
Adicionalmente, se encuentra olvidar que suceder al líder es una de las grandes expectativas respecto al cargo, y no prepararse de manera adecuada para estar, en algún momento, en dicha posición.
¿CÓMO ELEGIR A SU MANO DERECHA?
Aunque no hay perfiles concretos, ciertos lineamientos básicos pueden optimizar este proceso.
Seleccionar un segundo al mando es una tarea que requiere especial cuidado, por esta razón, expertos en la materia recomiendan estudiar el perfil detenidamente.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que no existen perfiles estándar para llenar la posición.
Sin embargo, hay una serie de lineamientos que pueden ayudar a realizar esta tarea.
En este sentido, es importante que el candidato esté en capacidad de complementar al líder empresarial, no solo en términos de conocimientos, sino también de habilidades. Así las cosas, si el presidente es bueno planeando, el vicepresidente deberá serlo ejecutando sus ideas, por citar un ejemplo.
En cuanto a las características de la persona, Marcela Zapata Salazar, gerente del Área de consultoría en Finanzas de Hays Colombia, considera que “debe ser autónomo, proactivo, líder, dinámico y con habilidades de aprendizaje a la velocidad del negocio.
También, estructurado y con capacidad de tomar decisiones teniendo en cuenta cómo lo haría su líder”.
En este punto, no se debe obviar su capacidad comunicativa, la tolerancia y habilidad para hallar soluciones, tanto a problemas del negocio, como a aquellos que puedan presentarse con los colaboradores.
Finalmente, Fabio Novoa, de Inalde Business School, dice que no se deben descartar la pasión por el oficio, la creatividad y la iniciativa como requisitos básicos para ocupar el cargo.
¿QUÉ TIPO DE ‘SEGUNDO’ ES USTED?
Una investigación realizada por Nathan Bennett y Stephen A. Miles publicada en ‘Havard Business Review’ encontró que hay 7 clases de vicepresidentes.
1. Ejecutor: lidera la realización de tareas. Es responsable de lograr los resultados.
2. Agente de cambio: está a cargo de los giros en el negocio y planes de expansión.
3. Mentor: debe entrenar y respaldar al presidente inexperto.
4. Media naranja: complementa el perfil del líder.
5. El socio: comparte el liderazgo con el presidente.
6. Heredero: es el siguiente en la línea de sucesión. El cargo es de entrenamiento.

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