jueves, 2 de junio de 2016

Cómo ha afectado a los ciudadanos la subida de las tasas del Banco de la República?

En los últimos 8 meses, Banrepública ha subido su interés de 4,5% a 7%, con efecto en el costo del crédito y el ahorro.
Billetes
Como todos los últimos viernes de cada mes, este 27 de mayo la junta directiva del Banco de la República se reunirá para decidir si continúa con la política monetaria alcista, mecanismo mediante el cual ha aumentado su tasa de intervención en los últimos ocho meses de manera ininterrumpida. 

Actualmente, esta tasa se encuentra en 7 %, tras una serie de alzas que empezaron en septiembre del año pasado, cuando se situaba en 4,5 %. Esta tasa representa el interés que le cobra el Banco emisor a la banca privada por financiarla.


7,9 
%
La inflación anual hasta abril 
pasado, según el Dane.

La tasa de intervención en 7 por ciento representa la segunda más alta de la región, después de la de Brasil, y su objetivo es controlar la inflación, que en el caso de Colombia está desanclada de su rango meta (entre 2 % y 4 %).

Lo cierto es que la intervención del Emisor se ha sentido en el día a día de los ciudadanos.

La primera repercusión -la más obvia- es el incremento de las tasas de interés de los bancos comerciales. Los costos de todo tipo de crédito han aumentado, pues su tasa de colocación promedio ha subido desde el 11 % (promedio en el que se encontraba en 2015) hasta el 15,20 % este año. 

Con esto, el Emisor busca que personas y empresas se endeuden menos para consumir e invertir, pues se necesita reducir el exceso de gasto sobre el ingreso nacional, es decir, el déficit de cuenta corriente. 

Camila Pérez, directora de análisis macroeconómico y sectorial de Fedesarrollo, señala que esta meta se ha cumplido. Al revisar el crecimiento de crédito de consumo en términos reales –un factor que sirve como indicador-, se evidencia que del 8 % en abril de 2015 el crecimiento pasó al 3,4 % en el cuarto mes de este año.

“Todos los créditos se han desacelerado, pero ese es el que más ha mermado su ritmo y es el que consume el ciudadano de a pie. La gente no se quiere endeudar porque es más caro y porque le da miedo, pues la desaceleración económica y sus consecuencias, como la inestabilidad laboral, siembran temores”, explica Pérez.

También hay quienes se han visto beneficiados con la medida. La analista de Fedesarrollo destaca que el incremento de tasas es positivo para quienes han ahorrado e invertido en CDT o inversiones en renta fija. 

Tras la implementación de la política alcista del Banco de la República, la tasa de DTF (tasa de captación promedio del sistema financiero a 90 días) pasó de 4,5 % en abril de 2015 a 6,65 % en 2016. Esto quiere decir que, a quienes tienen CDTs o inversiones en renta fija les están pagando un 2,15 % más que hace un año.

EFECTOS COLATERALES

Aunque el Banco ha dicho que su política busca anclar de nuevo la inflación, Cristian Villamizar, gerente financiero de Backstartup, explica que el alza de las tasas también se resiente en los precios de los alimentos y de otros productos.

“El incremento hace que a productores, comerciantes e importadores les cueste más el acceso a capital y éstos trasladan ese sobrecosto a los clientes a manera de precio”, explica Villamizar. Según el gerente financiero, dichos incrementos han sido del 5 % al 10 por ciento.

Sin embargo, Pérez anota que, al evitar que la gente se endeude por los costos de sus deudas, el Emisor contribuye a la disminución de la demanda de bienes como electrodomésticos y vehículos, lo que, a su vez, previene que éstos suban más de lo debido. Así espera el Emisor cumplir con su principal objetivo: anclar la inflación.

De todas maneras, Pérez, de Fedesarrollo, reconoce que ésta ha sido una meta esquiva. Explica que el incremento de los precios depende de qué tanto le creen quienes estipulan dichos costos a la política monetaria del Emisor y, "según la última encuesta del Banco, dicha fe es algo débil".

Para Marcelo Granada, uno de los creadores de Club de Trading, un emprendimiento que enseña cómo invertir, hay otra razón por la que los precios siguen subiendo: la devaluación del peso, teniendo en cuenta que mucho de lo que se consume en el país es importado.

“No podemos pretender de la noche a la mañana que vamos a consumir producto nacional porque no existe. No se puede castigar al usuario de a pie subiendo las tasas de interés”, sentencia Granada. 

Este emprendedor explica que, para una persona que gana un salario mínimo, su calidad de vida se ve afectada al no poder adquirir los productos que solía comprar y al tener que someterse a consumir menos. “Hoy una chaqueta es 50 % más cara de lo que me salía a inicios de 2015”, agrega.

Granada asegura que esta es una de las razones por las que cadenas internacionales como Ripley han cerrado sus oficinas en el país: el dólar los obliga a subir precios pero los consumidores se privan de comprar porque, a la devaluación del peso, el Banco les está sumando tasas de interés más caras.

Aunque Camilo Herrera, presidente de Raddar, coincide con Granada en que factores externos como la devaluación y los fenómenos naturales evitan que el alza de las tasas se traduzca en disminución de precios, para él es más preocupante que al Banco ‘se le pase la mano’ en su intento de desacelerar la economía.

Herrera anota que la política monetaria del Banco podría disminuir más de lo deseado el consumo de los colombianos y ‘meter en problemas’ a comerciantes, productores e importadores. Esto, al final del día, se traduciría en menos empleo.

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