Tener nuevamente la oportunidad de ganar un mundial fue toda una ola de emociones para la fanaticada futbolera de la selección Colombia. Pero el consumo de los hogares nacionales no aumentó como se esperaba por la “fiebre mundialista”.
Un evento tan masivo como el Mundial de Fútbol, celebrado cada 4 años ha logrado mover miles de millones en todo el mundo. Como consumidores tendemos a gastar dinero en indumentaria deportiva alusiva a la selección o en electrodomésticos nuevos, como televisores más grandes para disfrutar mucho más los eventos, así como un mayor consumo de comidas y bebidas mientras se ven los partidos. Con este mayor consumo, aportamos al movimiento de las ganancias de comercializadores, patrocinadores e industrias relacionadas.
No obstante, quien lo vive también lo goza. Las selecciones convocadas dejaron todo en la cancha en un intento por llegar al podio para levantar la Copa del Mundo. Un trofeo que no solo otorga el reconocimiento histórico al mejor desempeño en el evento, sino también un generoso desembolso de dinero por participación.
Desde el año pasado, se conoce que la FIFA estimaba un presupuesto máximo aproximado de US$791 millones para el evento mundial, incluyéndose allí los premios, el Programa de Beneficios para los Clubes (que involucra un pago a los equipos que prestan sus jugadores para debutar en el mundial, independientemente de los minutos que jueguen) y el seguro para ellos. De esta importante suma de dinero, poco más del 50% - US$400 millones - se destinaría a los premios que variarían dependiendo del lugar al que haya llegado cada una de las selecciones.
Y es que, con base en las predicciones que se tenían del costo real de este mundial, Rusia 2018 ha resultado ser un 13% más barato en costos, y un 12% más lucrativo en ganancias respecto a Brasil 2014. Es decir que, mientras en Brasil el costo de la organización del mundial superó los US$13.000 millones, en Rusia el evento costó algo similar a los US$11.800 millones y dejaría más ganancias aun no cuantificadas. Una rentabilidad que no pasa desapercibida y que solo se comprobará una vez salgan las cifras oficiales de este Mundial. Pero, por ahora, Brasil 2014 sigue siendo el mundial más caro de la historia.
Pero si hablamos de la repartición de los giros de dinero para las selecciones, Colombia no se fue con los bolsillos vacíos. Como previa, la FIFA había acordado girar la suma de US$1,5 millones, para cada uno de los equipos convocados, destinada para cubrir los gastos preparativos en que incurrieran los equipos.
Con esto, abrieron la posibilidad de aumentar la cuota de ganancia en la medida en que las selecciones avanzaran en las fases. Por ejemplo, en la fase de grupos los equipos eliminados solo volvían a casa con US$8 millones cada uno. Pero si perdían en la primera etapa eliminatoria, es decir los octavos de final, equipos como Colombia, Argentina y Portugal volvieron con US$12 millones. Ya para la eliminación en cuartos de final el pago ascendió a US$16 millones.
Ahora, la suma se vuelve mucho más jugosa cuando se trataba de los equipos que obtuvieron los 4 primeros lugares. En este caso, el cuarto lugar obtuvo US$22 millones, el tercer lugar se llevó US$24 millones y el segundo y primer lugar - que se debutaron Francia y Croacia el día de ayer - se llevaron US$28 millones y US$38 millones, respectivamente.
En nuestro caso, cabe recordar, aquel martes 3 de julio, hace escasas dos semanas, cuando nuestra selección disputó un paso a cuartos de final. Ante un acalorado juego, invadido por un arbitraje dudoso y unas ofensivas muy claras desde el equipo inglés, Colombia finalmente cayó en una derrota por penaltis de 3 a 4. No obstante, su presentación puede valerse del desempeño constante que llevó a la selección Colombia a tener una exhibición espectacular en el campo de juego. El mundo entero dio cuenta de eso.
Logramos jugar 4 de los 7 partidos que debíamos alcanzar para traernos a nuestro país la Copa del Mundo, y nos ganamos menos de un tercio del jugoso desembolso que obtuvo el vencedor. Pero, si bien la derrota tuvo un sabor verdaderamente amargo, se espera que los aproximadamente $35.000 millones que recibió la selección por su alcance hasta octavos de final (que puede ser más monto si contamos publicidad, contratos con los sponsors de la Selección, entre otros rubros), lleguen a la Federación Colombiana de Fútbol para poder ser invertidos en apoyo al despliegue de mayores beneficios a los programas de apoyo al fútbol nacional.
Por lo pronto, no tenemos garantías aseguradas para anotarnos a una nueva convocatoria para el Mundial de 2022, pero tenemos la esperanza de que nuestra selección cuente para entonces con el mismo talento innato que llevan jugadores como James, Cuadrado, Yerry Mina, la sorpresa de Rusia, y hasta posiblemente Falcao. Solo resta esperar si a este equipo se suma el gran liderazgo de José Pékerman una vez más, o hemos de esperar una nueva dirección técnica en nuestra selección, que nos lleve a tener una vez más el sueño de traernos a casa la próxima Copa del Mundo que se disputará en Catar 2022.
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