El empresario dice que el protagonista del lío del grupo quiere enlodarlo para rebaja de pena.
El empresario antioqueño José Roberto Arango respondió el pasado lunes con un
enérgico comunicado la revelación que hizo EL TIEMPO el domingo en el sentido de
que Tomás Jaramillo, protagonista del descalabro de Interbolsa, intenta
vincularlo al caso.
Según Arango, las declaraciones de Jaramillo buscarían “crear una cortina de
humo sobre los delitos en los que habría incurrido”.
Sobre la cuestionada intervención de Interbolsa en Fabricato, dijo que
siempre le pareció “que el precio de la textilera estaba sobrevalorado” y que,
por eso, en su calidad de asesor externo de Coltejer, se opuso rotundamente a
los continuos ofrecimientos de Jaramillo, incluido el de fusionar las dos
firmas.
“Mi pecado fue ser opositor de adquirir las acciones de Fabricato y
manifestar que ese precio era especulativo, como finalmente fue comprobado por
las autoridades”, argumentó.
En cuanto a los señalamientos por una comisión de un millón de dólares
relacionada con la fusión de Interbolsa e Inversionistas de Colombia, Arango
reconoció haberla recibido de Interbolsa (ya fusionada), por el éxito de su
gestión.
Así mismo, aun cuando admite haber increpado alguna vez al entonces
superintendente financiero Augusto Acosta –por la debacle que sufrió Dann
Financiera a consecuencia de una resolución expedida por él–, niega que haya
tenido que ver con la posterior salida del funcionario. Y sugiere que esta no se
relaciona con el hecho de que la fusión de las empresas citadas fuera
aprobada.
En cuanto a la versión de Jaramillo de que el Fondo Premium, tentáculo de
Interbolsa en el exterior, hizo un giro por 5.000 millones de pesos para el
rescate de Millonarios, operación dirigida por Arango, este manifestó que
Jaramillo “no participó en la compra” del equipo de fútbol y que esa suma
corresponde a un dinero adeudado por la sociedad Azul y Blanco, “debidamente
registrado en su contabilidad y al día en sus pagos”.
Pero quizás los apartes más duros del documento son los que se refieren a
Proyectar. Según Arango, fue engañado por la familia Jaramillo y otras personas
para que aceptara acciones de este grupo –en pago por su participación en Dann
Financiera– con la falsa afirmación de que habían sido inscritas en la Bolsa de
Valores, lo que nunca ocurrió.
“A los pocos meses, esta compañía fue intervenida por la Superintendencia
Financiera y mis acciones fueron vendidas para cubrir obligaciones de Proyectar
Valores, donde nunca tuve nada que ver”, agregó. El empresario asegura que
Proyectar fue víctima de una “guerra entre accionistas de Interbolsa,
protagonizada por Rodrigo y Tomás Jaramillo contra el señor Juan Carlos Ortiz”,
y cuya principal consecuencia fue que un patrimonio de más de 15 años se
esfumara. Según él, este episodio puso fin a su relación con los Jaramillo.
“Los recientes acontecimientos me obligan a romper mi prudencia y a revelar
la verdad sobre los hechos (...). Imagino la desesperación que puede estar
sintiendo Tomás Jaramillo y supongo que pensará que ya nada tiene que perder y
que quizás al involucrar gente que nada tiene ver en sus andanzas logrará hacer
rebajar sus penas. Mi patrimonio es mi nombre y no voy a permitir que lo
enloden”, concluyó José Roberto Arango.
Comunicado completo
de José Roberto Arango:
En días pasados los medios publicaron apartes de lo que sería una declaración
de Tomás Jaramillo, socio de la firma INTERBOLSA,
en el proceso penal que se adelanta en su contra. En esa declaración, uno de los
protagonistas de uno de los escándalos financieros más graves de este país, hace
referencia a un contrato de prestación de servicios alrededor de la fusión de
INVERSIONISTAS DE COLOMBIA e INTERBOLSA en 2006.
Sus declaraciones y la manera como fueron citadas me obligan a referirme a
estos hechos con el objeto de aportar claridad a una información que, intuyo,
busca crear una cortina de humo sobre los delitos en los que habrían incurrido
estas personas.
Antecedentes
Conozco a la familia Jaramillo de toda una vida y me unía con ellos una gran
amistad.
Fui fundador de una firma comisionista de Medellín a principios de los años
80.
Durante 13 años de permanencia en el mundo bursátil tuve oportunidad de
conocer y compartir con personas vinculadas a la actividad, entre ellos el Dr.
Rodrigo Jaramillo.
Trabajé para el gobierno desde el 7 de agosto del 2002 hasta el mes de julio
de 2004.
La
fusión de Inversionistas de Colombia e Interbolsa
A finales del año 2006 me contactaron los socios de la firma comisionista
INVERSIONISTAS DE COLOMBIA y me solicitaron que los asesorara para llevar a cabo
la fusión con INTERBOLSA. Ambas firmas me contrataron con una remuneración atada
al éxito, como usualmente efectúo mis trabajos: si se logra el objetivo hay
lugar al pago de honorarios, de lo contrario no recibo un solo peso.
Diseñamos una estrategia para la fusión, luego de analizar los términos de
intercambio y de gobernabilidad, visitamos con los abogados en varias ocasiones
la Superintendencia Financiera donde se revisaba periódicamente qué
documentación o requerimientos hacían falta para llenar los requisitos
necesarios para ser aprobada la fusión y me reuní en varias oportunidades con el
superintendente financiero del momento, el doctor Augusto Acosta, tal vez la
única persona que conocía en la SUPERFINANCIERA porque había sido mi profesor en
la Universidad.
Finalmente a fines del mes de mayo del año 2007 salió la aprobación de la
fusión, seguramente estudiada muy detenidamente y al más mínimo detalle,
teniendo en cuenta las diferencias que se presentaban entre el Dr. Acosta y los
accionistas de INTERBOLSA, diferencias que ya para ese momento eran públicas y
que se dieron por la salida del Dr. Acosta de la Presidencia de la Bolsa de
Valores de Colombia por falta de apoyo de algunos comisionistas, entre ellos
INTERBOLSA.
Al ser aprobada la fusión se cumplió la condición suspensiva de mi contrato,
es decir , el éxito de mi gestión y surtió mi derecho a recibir los honorarios
previamente pactados por valor de un millón de dólares, los cuales facturé y
fueron oportunamente cancelados por la fusionada firma INTERBOLSA.
La
capitalización de Dann Financiera
Por la misma época del año 2006, en un negocio totalmente independiente, DANN
FINANCIERA Compañía de Financiamiento Comercial, de la cual yo era accionista
minoritario desde su fundación, efectuó una capitalización que representaba el
30% de su composición accionaria.
La capitalización se efectuó con éxito. Estaba dirigida a un grupo de
personas vinculadas a INTERBOLSA que en su momento era la firma más grande y
respetada del país. La capitalización la efectuaron tres grupos cumpliendo la
norma de no sobrepasar el 10% en cada uno de ellos. Ocho meses más tarde después
de una minuciosa revisión de esta capitalización, la SUPERFINANCIERA encontró
que un miembro de la familia Jaramillo era inversionista en un fondo que se
encontraba en otro grupo. Esta inversión hacia que el grupo de la familia
Jaramillo sobrepasara el límite del 10% en unas pocas décimas y por lo tanto, la
SUPERFINANCIERA fue rígida e implacable en declarar ineficaz la capitalización.
Al ser declarada ineficaz no había posibilidades de corrección o apelación
alguna.
La consecuencia de esta decisión fue funesta para los accionistas de DANN
FINANCIERA al tener que salir a feriar su portafolio para dar cumplimiento a la
resolución y devolver la capitalización. Las pérdidas fueron cuantiosas.
Pedí una cita al Dr. Acosta quien muy gentilmente me recibió con varios
funcionarios de la Superfinanciera. Entre las cosas que le manifesté al Dr.
Acosta fue que la filosofía del gobierno era de servir y ayudar a los
empresarios y ciudadanos en general para sacar adelante sus proyectos y no la de
tener personas que utilizarán sus cargos para pasar cuentas de cobro personales.
Ese comentario se filtró por algunas de las personas que estaban en la
reunión.
Días después, el gobierno efectúo cambios de algunos funcionarios del
Ministerio de Hacienda, entre ellos el Dr. Acosta. Varios medios de comunicación
me preguntaron que sí yo había tenido que ver, tal vez basados en el comentario
de alguno de los presentes en la mencionada reunión y seguramente por el hecho
de haber laborado años antes en el gobierno. Mi respuesta fue clara: si cuando
tuve la oportunidad de ser servidor público, no tuve el poder, ni logré cambiar
funcionarios que consideraba no estaban alcanzando sus metas de gobierno, menos
lo tendría en ese momento que llevaba más de dos años y medio por fuera de
él.
La
venta de Coltejer
En el año 2008 fui designado por la Organización Ardila Lulle, Presidente de
COLTEJER con un clara misión: venderla o liquidarla.
La compañía perdía mensualmente ocho millones de dólares que debían ser
cubiertos por la OAL. Se planteó un plan de salvamento, donde entre otras cosas,
se propuso la capitalización de las las acreencias a cargo de COLTEJER, a
diferentes precios, dependiendo de la prelación legal de conformidad con el
acuerdo de restructuración empresarial, bajo la ley 550 de 1999. En ese entonces
el valor nominal de la acción era de $1 (un peso) y la propuesta de la
capitalización de las acreencias iba desde $ 1.00 hasta $1.80 dependiendo de la
calidad de acreedor. En ese momento se encontraba vigente una norma de amnistía
tributaria de la DIAN y entidades públicas que significaba para COLTEJER más de
$30 mil millones de pesos de beneficio si se cancelaba la totalidad de la deuda
que era del orden de $130 mil millones de pesos.
Contactamos a varios inversionistas con el fin de ofrecer las acciones que
poseía la OAL en COLTEJER. El grupo textilero KALTEX , el más importante de
México, se interesó en adquirir dichas acciones con la condición de tener una
participación mayoritaria y que la compañía estuviera saneada de pasivos. Fue
así como KALTEX se subrogó en las acreencias laborales, las cuales se
capitalizaron a $ 1.00 por acción. Adicionalmente el grupo capitalizó en emisión
primaria acciones por la suma de $ 85.000 millones de pesos.
De acuerdo con la solicitud del grupo KALTEX de tener saneado el pasivo,
especialmente los fiscales, se inició la busca de personas o entidades
interesadas en adquirir dichos pasivos y subrogarse para capitalizar estas
acreencias.
INTERBOLSA se interesó y pagó por cuenta de COLTEJER el pasivo fiscal y se
acogió a la capitalización obteniendo el beneficio de la amnistía. Esta
capitalización se efectuó a $ 1.15 por acción de acuerdo al reglamento de la
misma.
Las acreencias financieras y de proveedores también fueron capitalizadas
entre $ 1.65 y $ 1.80 por acción dependiendo de la fecha en la cual COLTEJER
había contraído dicha obligación.
La mayoría de los acreedores se acogieron a este plan de capitalización
directamente, o vendiendo sus acreencias con descuento.
Durante este proceso COLTEJER solicitó a la SUPERFINANCIERA suspender la
negociación en bolsa de la acción, precisamente para evitar que se diese una
especulación.
En esta transacción, COLTEJER nunca recibió dineros de INTERBOLSA. Estos
dineros fueron directamente a la compra de las acreencias.
Una vez terminada la capitalización el grupo KALTEX se consolidó con sus
empresas como accionista mayoritario, garantizando el renacimiento de la
textilera.
Se convocó a una Asamblea extraordinaria para elegir nueva Junta Directiva,
en la cual fue elegido el Dr. Rodrigo Jaramillo entre otros.
Aclaro que mi labor fue directamente con COLTEJER, y que mis honorarios
fueron cubiertos por el antiguo dueño y el nuevo accionista mayoritario. No
compre acciones en esta transacción y solo conservo una acción física de
recuerdo.
Al finalizar mi labor como representante legal, el grupo KALTEX me pidió
permanecer como asesor externo de COLTEJER para acompañarlos en el proceso de
sacar a flote la compañía y así lo he hecho desde entonces.
INTERBOLSA
EN FABRICATO
Como es de público conocimiento el precio de la acción de esta textilera tuvo
un crecimiento inusual durante los últimos años. La respuesta estaba en que
INTERBOLSA y algunos de sus clientes iniciaron una compra masiva de acciones de
esta empresa que no tenía accionista predominante, con la ilusión de hacerse al
control y venderla en un futuro.
El precio de la acción pasó de los niveles de $20 hasta superar la barreara
de los $90 pesos.
Ya con el control, eligieron nueva Junta Directiva con la injerencia del Dr.
Rodrigo Jaramillo.
La textilera le fue ofrecida informalmente a COLTEJER por parte del Dr.
Jaramillo. Este ofrecimiento nunca interesó a COLTEJER o a sus demás
accionistas. Igualmente planteó la posibilidad de una fusión, propuesta que
tampoco fue acogida. Como asesor siempre aconsejé en contra de cualquier
operación con acciones de FABRICATO.
Es de anotar que estos ofrecimientos fueron recurrentes por conducto del Dr.
Jaramillo o alguno de sus allegados.
Fui un opositor rotundo a estos ofrecimientos y por el contrario crítico del
precio de la acción. Siempre me pareció que el precio de FABRICATO estaba
sobrevalorado, comentarios que seguramente no le gustaron al Dr. Jaramillo.
Por su interés en FABRICATO se le pidió informalmente que no volviera asistir
a la Junta de COLTEJER dado el conflicto de interés evidente al ser compañías
competidoras. No nos parecía ético ni conveniente para la compañía, pero el Dr.
Jaramillo hizo caso omiso y continuó asistiendo normalmente.
Una vez fue intervenida INTERBOLSA, me enteré que en un importante medio de
comunicación un allegado del Dr. Jaramillo comentó que este me iba a denunciar
penalmente por pánico económico. Mi pecado fue ser opositor con algunos miembros
de la junta de COLTEJER de no adquirir las acciones de FABRICATO y por el
contrario manifestar que ese precio era especulativo como finalmente se fue
comprobado por las autoridades.
El
salvamento de Millonarios
A principios del año 2010 el Ministro del Interior y Justicia y me citó a una
reunión para solicitar mi colaboración para tratar de salvar el equipo de
fútbol, “Los Millonarios”. Acepté hacerlo ad honorem, con la condición de que la
asamblea de la corporación , a quien entonces pertenecía el equipo, estuviese de
acuerdo.
Fue así como en asamblea general de los asociados se aprobó el plan de
salvamento, vendiendo sus activos para cancelar las deudas que alcanzaban los $
34 mil millones de pesos. Se efectuó una valoración de tres de los activos,
marca, ficha de la DIMAYOR y derechos deportivos de los jugadores. El avalúo del
lote no se obtuvo por parte de la lonja por falta de reglamentación de uso del
suelo. Se ofrecieron los activos vendibles a las principales empresas de
Colombia y algunas entidades del exterior sin ningún éxito.
Sólo se recibió una oferta por la valoración de $ 24 mil millones por parte
de un grupo de 24 personas que se comprometían a recaudar cada una de ellas $
1000 millones. El suscriptor y portador de la oferta fue el Señor Carlos Adolfo
Mejia (Talo). Era inminente la necesidad de la venta, ya que la corporación que
se encontraba bajo la ley 550 de 1999 estaba en causal de liquidación. Esta
propuesta fue aprobada por el Comité Ejecutivo de la Corporación de manera
unánime como consta en las actas, debidamente firmadas por todos sus miembros.
Igualmente se cumplieron los demás requisitos en otras instancias como debe
constar en los archivos de la Corporación.
AZUL Y BLANCO fue el vehículo elegido por los compradores para adquirir el
equipo.
Como es ya de público conocimiento esta sociedad tuvo que ser examinada por
la SUPERFINANCIERA para dar aprobación a sus promotores y permitir la captación
masiva de más de 3000 accionistas que exigía la antigua ley del deporte. Esta
aprobación tardó algunos meses y la captación masiva se dio con el éxito
conocido.
Hoy Millonarios es una empresa exitosa financiera, administrativa y
deportivamente. Los hinchas de Millonarios pueden estar tranquilos, incluso,
aunque sus antiguos dueños y enemigos quieran entorpecer. Todo este proceso fue
transparente, de la mano con las autoridades competentes y se encuentra
debidamente documentado.
Concretamente me quiero referir a las declaraciones del Sr. Tomás Jaramillo
referente a los dineros que se recibieron en Millonarios. Hasta donde entiendo,
él no participó en la compra de Millos.
Los dineros con los cuales se pagaron pasivos de la Corporación fueron
recaudados por los compradores en FIDUPETROL, entidad vigilada por la
SUPERFINANCIERA. Esos dineros nunca se recibieron directamente en la Corporación
por simple precaución para evitar un embargo por los numerosos pleitos que
existían en su contra. El procedimiento consistió en solicitar a los compradores
a través de FIDUPETROL, cancelar los pasivos directamente y entregar a la
Corporación la constancia de pago para proceder a la contabilización.
Menciona el Sr. Tomás Jaramillo que de el Fondo Premium salieron 5.000
millones de pesos. Según informaciones de prensa relacionadas con el escándalo
de INTERBOLSA, este dinero lo debe AZUL Y BLANCO y se encuentra debidamente
registrado en su contabilidad y al día en sus pagos.
GRUPO
PROYECTAR
Como lo mencioné anteriormente fui accionista de DANN FINANCIERA CFC .
Participé en la fundación y promoción de la ya desaparecida REGIONAL CFC, que se
fusionó con DANN FINANCIERA. De allí provenían mis acciones.
Con el fallecimiento de mi gran amigo Boris Spiwak y las dificultades que
sobrevinieron a su muerte en el manejo de la financiera, tomé la determinación
de vender mi participación.
Ofrecí las acciones al los demás accionistas y el único interesado fue el
GRUPO PROYECTAR, quienes ya poseían una importante participación. Me ofrecieron
pagar con acciones de su holding. No era mi interés ser accionista de otra
entidad financiera y no me llamó la atención la oferta. Me informaron que
estaban en los trámites para registrar esa acción en la Bolsa de Valores de
Colombia. Acordé que en el momento que se obtuviera su aprobación realizaría la
permuta de acciones, teniendo en cuenta la facilidad que se me daría para
venderlas en el mercado de valores.
En septiembre de 2010 me presentaron la aprobación de la SUPERFINANCIERA para
inscribir las acciones de dicha holding en el mercado de valores.
Desafortunadamente no tome la precaución de verificar si ya la Bolsa de Valores
había aceptado su ingreso.
Efectivamente realicé la transacción con la mala suerte que a los pocos meses
esta compañía fue intervenida por la SUPERFINANCIERA y mis acciones fueron
vendidas para cubrir obligaciones de PROYECTAR VALORES donde nunca tuve nada que
ver.
Denuncié oportunamente a la Superintendencia de Sociedades a quien
correspondía la vigilancia de la compañía. Consulte con abogados la forma de
recuperar mis acciones, pero jurídicamente no había nada para hacer. Había
confiado erróneamente en la personas que hacían parte de la sociedad. Entre
ellas estaba el Sr. Tomas Jaramillo y su familia.
Cual sería mi sorpresa cuando en declaraciones en la W Radio el Dr. Rodrigo
Jaramillo afirmó que nunca habían tenido, ni tenían, ni tendrían nada que ver
con el Grupo proyectar y Proyectar valores. Solicité a la compañía certificación
del listado de accionistas y ya la familia Jaramillo no aparecía. Figuraban con
esas acciones unos testaferros, los denomino así porque de lo contrarío se
hubiese configurado una estafa al vender su participación en una entidad que
querían desaparecer.
Hago esta afirmación porque le escuché personalmente al Dr. Rodrigo Jaramillo
: “ Proyectar es un proyecto perverso para INTERBOLSA”.
Efectivamente se iniciaba la guerra entre accionistas de INTERBOLSA
protagonizada por Rodrigo y Tomás Jaramillo contra el Sr. Juan Carlos Ortiz.
Sin entrar en detalles que desconozco escuche al Dr. Rodrigo Jaramillo en
compañía de otros testigos decir: “ PROYECTAR SE LIQUIDA”
Efectivamente así ocurrió y ese patrimonio de más de quince años se esfumó,
en medio de una pelea en la que yo nada tenía que ver.
Meses después recibí una llamada de Tomás Jaramillo con el ánimo de darme
explicaciones de lo ocurrido. Me limité a decirle que ya tenía la foto de los
hechos y a criticarle la actitud cobarde de él y su padre por las actuaciones
que en últimas contribuyeron a la desaparición de el GRUPO PROYECTAR y de
PROYECTAR VALORES. Esa fue mi última conversación con Tomás Jaramillo.
Los recientes acontecimientos me obligan a romper mi prudencia y a revelar la
verdad sobre los hechos antes expuestos. Imagino la desesperación que puede
estar sintiendo Tomás Jaramillo y supongo que pensará que ya nada tiene que
perder y que quizás al involucrar gente que nada tiene ver en sus andanzas
lograra hacer rebajar sus penas. Mi patrimonio es mi nombre y no voy a permitir
que lo enloden. Quienes han trabajo conmigo pueden dar fe de quién soy y de cómo
manejo las cosas.
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