jueves, 10 de abril de 2014

Los bancos: necesarios, pero…

Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre’, dice un refrán popular que se puede aplicar al sistema bancario, en el entendido de que resulta odiado por muchos y querido por el resto, y en ese sentido no hay que exagerar.

No me clasifico en ninguno de los dos grupos, pero hay datos que merecen atención, más allá de poner el argumento de que como el 70 por ciento de los consumidores colombianos usa servicios del sistema financiero, se concluye que la gente quiere a los bancos. En el mismo sentido, las utilidades de la banca ($6,5 billones en el 2013) tampoco son un indicador de la eficiencia del negocio.
Pero hay cosas que sí merecen ponerle cuidado para saber si las personas están siendo bien tratadas por los bancos. Un informe de la Superintendencia Financiera reseña que solo el año pasado hubo casi un millón de quejas contra las entidades, lo cual da un promedio de más de 80.000 reclamos al mes, más de 2.500 por día, lo que es dramático. Entre el 2007 y el 2013 se dio un aumento de más del 22 por ciento.
Y estos se dieron, principalmente, por la indebida atención, por revisión y liquidación de obligaciones y por el cobro exagerado, de servicios o comisiones, asuntos que el sentido común evidencia como ciertos y lógicos en el caso colombiano. En más de la mitad de las peticiones, los usuarios tuvieron razón.
Ampliando un poco más, hay un asunto que preocupa y que sí debería ser objeto de las más altas autoridades económicas. Tiene que ver con lo que está pasando con las tasas de interés en Colombia. Es cierto que en las últimas décadas han caído, como ha ocurrido en todo el mundo y también porque ya no hablamos de inflación de dos dígitos, sino de una tasa del 2 o 3 por ciento. Sin embargo, el margen de intermediación, la diferencia entre la tasa de préstamos y la de ahorro, se ha mantenido o, mejor, ha crecido frente a comienzos de la década pasada, cuando debió hacer caído en correspondencia con la situación. Hoy, está en 6,4 por ciento, y en esa época estaba por debajo de 6 por ciento. Que los bancos ganen más ahora no quiere decir que sean más eficientes.
El Gobierno está promoviendo (incluso por ley) que la gente deje a un lado el efectivo y haga uso del sistema financiero para hacer las operaciones, lo cual está bien porque es una forma de controlar la evasión y el lavado de dinero, pero de manera paralela debe vigilar que los costos de los servicios financieros no sean exagerados, como está ocurriendo en la actualidad para el individuo de a pie, como lo acaba de afirmar el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas: “a muchos colombianos les están cobrando hasta 10.000 pesos por cada giro, y eso es inaceptable”.
P.D.: Hay que mantener la devolución del 2 por ciento del IVA, pues ello obliga al comerciante a declarar las ventas y el impuesto que recibe de los clientes.

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