viernes, 17 de enero de 2014

Pymes: sin cultura no hay organización

Propiedad Pública
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Las MiPymes pueden estructurar su cultura y comunicación organizacional para fortalecerse.
Tener una idea de negocio, hacerse a un crédito y montar una pequeña empresa para realizarla no bastan para ser exitosos en tiempos de apertura de mercados y de tratados de libre comercio. Para fortalecerse y crecer hay que generar una sólida cultura y comunicación organizacional que construyan identidad propia en la que se comprometan propietarios y trabajadores.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Occidente, de Cali, consideran que la manera cómo se entienden directivos y empleados, y éstos con sus clientes, y el desarrollo de prácticas comunes sobre responsabilidad, eficiencia y economía, se encuentran fuertemente ligadas a los resultados empresariales, y hacen necesarias herramientas de gestión que les generen a las pequeñas y medianas empresas condiciones para crecer y permanecer en el mercado, tan competitivo en los tiempos actuales.
La necesidad de crear una sólida imagen, en la cual sobresalgan sus valores tanto dentro como fuera de la empresa, es grande, si se miran con detenimiento las cifras y las características de ese tipo de unidades productivas: el 96% de las empresas en el país son MiPymes (micro, pequeñas y medianas empresas), y generan el 76% de los empleos.
Cada una de estas empresas representa el esfuerzo de unos socios y empleados que pujan por salir adelante. Sin embargo, las ganas solas no bastan, mucho menos en un contexto como el actual, en el que el Gobierno Nacional ha firmado tratados de libre comercio con Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, y está a la espera de otros con países asiáticos.
Ante ese panorama, lo fundamental para no desaparecer es prepararse para competir y una de las estrategias sugeridas es la de fortalecer la cultura y comunicación organizacional a partir de la eficiencia como factor fundamental del trabajo diario.
Para contribuir a ese fortalecimiento, docentes investigadores de las facultades de Ciencias Económicas y Administrativas, Ingenierías y de Comunicación Social de distintos grupos de investigación de la Universidad Autónoma de Occidente se dedicaron a estudiar un conjunto de pequeñas y medianas empresas del sector alimenticio asentadas en la ciudad de Cali, con el fin de conocer cómo se relacionaban directivos y empleados entre sí y con sus clientes.
Para lograr resultados concretos desarrollaron un software gerencial denominado Modelo de autoevaluación de cultura, que, según ellos, les facilitó integrar diferentes variables de la planeación estratégica, la cultura y los procesos de comunicación organizacional.
El modelo de autoevaluación le permite a las empresas realizar un diagnóstico estratégico de la gestión organizacional; además, los resultados comparativos que arroja lleva a los gerentes a establecer programas de mejoramiento; igualmente, contribuye a establecer acciones de posicionamiento en el sector para poder enfrentar los retos venideros.
Los primeros diagnósticos se realizaron en siete Pymes cuyas gerencias se mostraron receptivas a la propuesta de medir su clima organizacional. Se trata de C.I. Productos el Nevado S.A; Congelados Criss; Manitoba; De la Provincia; Pall S.A. Productos Alimenticios la Locura; Indupan; y Ricuras del Valle.
Según los investigadores, en todos los casos estudiados la conformación de las empresas es de tipo familiar, lo que determina las relaciones interpersonales y roles de poder entre los directivos y demás colaboradores de la organización. Se identificaron, además, ideologías, valores y creencias propios de la historia, trayectoria y filosofía de los fundadores. Sin embargo, hay dificultades en la apropiación de estos valores y, para algunas empresas, este es un punto neurálgico por resolver.
Se evidenció, además, una tendencia a la planeación intuitiva, basada en experiencias de años anteriores, que carece de rigurosidad y estructuración fundamentada en el modelo de planeación.
Asimismo, hay una marcada tendencia a la comunicación informal y descendente (principalmente verbal) entendible en tanto son empresas pequeñas y familiares con poco nivel jerárquico, evidenciándose en las decisiones y órdenes. La opinión de los colaboradores y su participación es poco relevante.
Con este tipo de propuestas de análisis y con las herramientas adecuadas las MiPymes pueden estructurar su propia cultura y comunicación organizacional con el ánimo de fortalecerse ante las nuevas tendencias del mercado. De mantenerse como están, corren el riesgo de desaparecer.

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