Adriana Guillén, presidenta de Asocajas, dice que ante el alto índice de informalidad, el camino es la transformación del modelo de protección social.
Colombia es el país con el índice de informalidad más alto de la región, en el que más de la mitad de la población ocupada trabaja sin tener un contrato laboral, ni las garantías a nivel de seguridad social que esto conlleva.
Ante dicho panorama, llevar protección social a toda la población se ha convertido en un reto permanente para el Gobierno y las entidades relacionadas, como las cajas de compensación familiar (CCF).
Para Adriana Guillén, presidenta de Asocajas, el gremio que acoge a 36 de estas instituciones, es claro que el sistema actual no está funcionando porque no responde a las dinámicas de trabajo actuales, por lo que lo más lógico, es que dicho modelo sea transformado.
“El sistema vigente fue concebido en otro contexto productivo y en otro momento histórico. Antes la gente se empleaba más en el sector manufacturero, en la construcción, en la minería, pero ahora el trabajo ha cambiado de segmento. Ahora hablamos más de servicios y eso ha cambiado las dinámicas”, indicó Guillén en diálogo con Portafolio.
Además del crecimiento del sector de los servicios, Guillen explica que hay otros dos factores que han llevado al país al escenario actual: la disrupción tecnológica y el hecho de que las empresas que más trabajo dan son pequeñas.
En cuanto a la primer causa, la directiva se refiere a dos cosas principalmente, la posibilidad de teletrabajar, que ha roto el paradigma de cumplir con un horario laboral rígido, y las plataformas tecnológicas como Uber o Rappi , en las que las personas se están autoempleando.
Y, por el otro lado, Guillen explica que como en Colombia las pymes y las minipymes son las mayores proveedoras de trabajo y estas empresas no siempre son formales, eso explica por qué hay un alto índice de empleo informal.
Según estadísticas del Departamento Nacional de Planeación, por cada diez empresas que se crean en el país, solo subsisten tres después de cinco años, y una de las razones por las que estas no se formalizan, son los altos costos de entrada al sistema.
“Hay que entender que cuando la empresa es pequeña la formalidad no es tan importante como sí lo es la productividad, entonces la idea es dejarlos ser productivos y que la formalidad, entendida como un proceso flexible, se vaya dando en el tiempo a medida que esas personas vayan teniendo ingresos”, indicó Guillén.
Ante esto, la ejecutiva señaló que se ha abierto un interrogante que está obligando a las autoridades a pensar en cómo adaptar la reglamentación, pues en su opinión, la solución no es necesariamente que todas las personas tengan un contrato tradicional.
“Tenemos que cuestionarnos si lo que queremos es volverlos a todos asalariados o de pronto tenemos que cambiar nuestro sistema normativo y todos nuestros paradigmas para ajustarnos a esa nueva forma de trabajar, porque tal vez lo que entendemos por informalidad puede ser una nueva forma de trabajar, y la pregunta es cómo llevarle protección social a estas personas, que es en últimas lo más importante”, aseveró la dirigente gremial.
EL PAPEL DE LAS CAJAS DE COMPENSACIÓN
Educación para el trabajo, subsidios de vivienda, apoyo monetario para familias de bajos ingresos, protección al cesante, salud y recreación, son algunos de los frentes en los que trabajan las CCF, con el fin de promover el crecimiento y el fortalecimiento de la clase media en el país, es decir, la disminución de la pobreza.
“Del 4% de las contribuciones que hacen los empleadores hay una destinación específica que apoya alguno de los programas, por eso cuando alguien dice que va a modificar un punto o a disminuir el porcentaje, la pregunta es qué programa va a afectar. La gente y sobre todo los economistas deben entender, es que nos hemos convertido en un aliado muy importante del presupuesto nacional y que en los países donde no existen estas entidades, dichos costos los ha asumido el presupuesto público. Entonces la pregunta en ese sentido es si nuestro presupuesto hoy está en condiciones fiscales de asumir todas estas cosas”, dijo Guillén.
A lo que agregó que una de las apuestas de las CCF actualmente, es la de alinear la formación de las personas desde temprana edad, hasta la educación superior, en la que tienen presencia, para que se preparen para atender la demanda efectiva del mercado labora.
CONGRESO DE ASOCAJAS
Este jueves y viernes, en la ciudad de Cartagena, se llevará a cabo el congreso anual de la organización, cuyo tema central será la informalidad laboral y empresarial.
Al evento asistirán dirigentes gremiales de distintos sectores productivos (Asobancaria, Andi, Asofondos, Asocajas, Camacol, Confecámaras y SAC), con el fin de discutir cuáles son sus necesidades y aportes en la solución de dicha problemática.
El encuentro contará con la intervención de la ministra de trabajo, Alicia Arango, y el cierre estará a cargo del presidente Iván Duque.
https://www.portafolio.co/negocios/el-sistema-debe-cambiar-no-la-forma-de-trabajar-522655
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