Mónica Cuervo indica que la informalidad afecta la posibilidad de las personas de acceder a derechos como el salario y la protección social.
Para Iván Jaramillo, evaluar la informalidad laboral es un desafío luego de la pandemia.
Según Fedesarrollo, la alta informalidad afecta la calidad de los empleos.
El aumento significativo del desempleo en Colombia durante el mes de mayo (cuando se llegó al 21,4 %) y la disminución de la informalidad laboral en las 23 principales ciudades (pasando del 47,9 % al 46,8 %, comparado con el mismo mes de 2019) son dos fenómenos que se presentaron en el país a causa del aislamiento originado por el COVID-19.
Además, los trabajadores informales son los que más han visto reducida su actividad económica en medio de la pandemia.
Los resultados fueron presentados por el Dane el 13 de julio de 2020, en el boletín técnico de la Gran Encuesta Integrada de Hogares: medición de empleo informal y seguridad social.
La informalidad laboral en los hombres de las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas se ubicó en 45,9 % en mayo. Para las 23 ciudades y áreas metropolitanas, la informalidad en hombres fue de 46,7 %, lo que representó un incremento comparado con el mismo mes de 2019, cuando la cifra fue de 46,1%.
Por su parte, las mujeres en condición de informalidad laboral disminuyeron del 49 % al 46,5 % en las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas. De igual manera, el indicador disminuyó del 49,9 % al 46,9 % en las 23 principales ciudades y áreas metropolitanas.
Iván Daniel Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, dice en La República que «han disminuido los ocupados que se relacionan directamente con los informales en la medición. Es necesario incluir en el análisis el aumento de la inactividad y la migración de gran parte de los desempleados hacia esquemas de informalidad cuya reincorporación a la informalidad constituye desafío en la pospandemia».
“pérdida de empleos de mayo del año anterior comparada con el mismo mes de 2020 fue de 2,4 millones de personas, de las cuales 1,2 millones estaban en la formalidad y 1,1 en la informalidad”
Según el boletín, la pérdida de empleos de mayo del año anterior comparada con el mismo mes de 2020 fue de 2,4 millones de personas, de las cuales 1,2 millones estaban en la formalidad y 1,1 en la informalidad.
Estimaciones indican que hubo 4,5 millones de personas trabajando formalmente y 3,8 millones de manera informal.
Informalidad, sinónimo de baja remuneración y poco acceso a protección social
Mónica Cuervo, abogada especialista en Derecho Laboral, docente de la Universidad del Rosario, consultora y asesora afirma en entrevista con Actualícese que la informalidad afecta la posibilidad que tienen las personas de acceder a derechos mínimos, tales como el salario y la protección social.
«La informalidad está directamente relacionada con las bajas remuneraciones y el poco o ningún acceso a la protección social y a los derechos laborales. Lo anterior puede ser considerado como una clara señal de precarización del trabajo, frente a lo cual es necesario la revisión y estructuración de políticas públicas que tengan como objetivo fundamental la disminución de la desigualdad y el acceso al mercado laboral», dice.
Por su parte, Hugo Ñopo, analista del mercado laboral para América Latina y el Caribe, de la Organización Interamericana del Trabajo –OIT–, en diálogo con Actualícese indica que nuestra región presenta un exceso de emprendimientos, especialmente aquellos que son de subsistencia y de baja productividad, lo que se traduce en informalidad.
«Dejar de incentivar esta manera precaria de empleo es parte de la respuesta», dice.
Informalidad afecta la calidad del empleo
Según Fedesarrollo, la alta informalidad laboral es uno de los factores que más afectan la calidad de los empleos.
Esta impide el acceso a los beneficios de la seguridad social, obstaculiza la aplicación de las leyes que regulan las horas de trabajo y la remuneración, y se asocia a empleos en empresas con menos de cinco (5) trabajadores que suelen tener una baja productividad y no promueven el desarrollo de habilidades.
La calidad del empleo en Colombia también puede ser vista a través de la satisfacción y el nivel de realización personal que sienten las personas en su trabajo.
Las malas condiciones laborales no se trasmiten de forma homogénea a todos los ocupados, existiendo brechas en la calidad del empleo, específicamente entre hombres y mujeres.
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