La pandemia favoreció la digitalización de los pagos. En ocho meses se avanzó lo que se proyectaba en más de tres años.
Implantar prácticas de ciberseguridad es un reto para entidades financieras en Colombia.
Bancos están evaluando herramientas tecnológicas para mejorar relación con clientes.
Como consecuencia de la pandemia, las entidades bancarias y las organizaciones financieras han realizado un proceso acelerado de transformación digital para prepararse para un escenario poscovid-19.
En su último informe Banca & Economía de 2020, publicado por Asobancaria, titulado Tendencias de la banca para el 2021, la entidad indica que las macrotendencias de computación en la nube, ciberseguridad, tecnología blockchain y open banking tienen el común denominador de que todas son importantes para la preservación de la información y gestión de datos.
Computación en la nube
El uso de la nube en el sector financiero es importante, ya que permite almacenar, acceder y procesar grandes volúmenes de bases de datos en tiempo real y a distancia. Esto facilita que distintos usuarios y clientes reciban el servicio de una manera más eficiente, y para las entidades financieras significa reducción de costos.
«No obstante, también ha traído consigo algunos riesgos. Para la clasificación de los datos se debe identificar el tipo de información, la sensibilidad para el usuario y los posibles impactos de existir una pérdida o filtración al momento de procesar y almacenar en un sistema de información propio u operado por un tercero», advierte Asobancaria.
En un escenario poscovid-19, las tecnologías de nube experimentarán un fuerte auge en la demanda de diversos tipos de aplicaciones, ya que muchos proveedores de servicios en la nube mejoraron sus funciones y empezaron a desplegar los recursos necesarios para atender esta demanda.
«De cara al futuro es poco probable que las empresas e instituciones académicas abandonen este tipo de modelos y, por el contrario, es de esperar que se opte por un modelo de trabajo mixto para la mayor productividad de sus actividades operativas. Además, visto el creciente nivel de demanda por estas tecnologías, su despliegue a través de plataformas móviles va a jugar un rol muy importante para facilitar un acceso más fluido», indica la entidad.
Ciberseguridad
La implantación de prácticas de ciberseguridad se convirtió en un reto tajante, ya que los cibercriminales están aprovechando este ambiente propenso al miedo generado por el virus, valiéndose de todo su arsenal de estrategias, las cuales incluyen dominios de COVID-19 falsos, campañas de envío de correos electrónicos fraudulentos o incluso promesas de kits de protección contra el virus.
“La ciberseguridad se ha convertido en un aspecto prioritario para muchas organizaciones, especialmente para aquellas cuyos procesos de negocio dependen en gran medida de la gestión de datos”
La ciberseguridad se ha convertido en un aspecto prioritario para muchas organizaciones, especialmente para aquellas cuyos procesos de negocio dependen en gran medida de la gestión de datos. Con esto, podría afirmarse que las organizaciones han mantenido y seguirán manteniendo esta tendencia después de la pandemia, en aras de blindar su información de ataques cibernéticos.
«Considerando que las distintas empresas e instituciones mantendrán un esquema mixto de trabajo, en el cual aún se basen en una infraestructura digital, se debe entender los riesgos y fundamentalmente diferenciar, segmentar y clasificar los datos, asignando responsabilidades en estas nuevas cadenas de valor transaccional», se advierte.
Blockchain
La gestión de los datos debe ser considerada como uno de los activos principales, pues la seguridad es un aspecto fundamental para mantener la confianza de los ciudadanos. Es así como el foco debe ponerse en la prevención de riesgos y la protección de los datos, con el propósito de asegurar la continuidad operativa de los servicios de las organizaciones y entidades en todo momento.
La confianza en la gestión de los datos será crítica para las actividades operativas de las organizaciones, para lo que resultará necesario pensar en soluciones de computación en la nube con autenticación de dos vías, encriptación y uso de blockchain, conforme estos aprueben el uso o reúso de los datos.
Open banking
La pandemia favoreció la digitalización de los pagos en la medida en que en ocho meses se avanzó lo que en las mejores proyecciones se esperaba para más de tres años.
«Esta situación particular abrió las puertas para que al interior de cada banco se realizara la evaluación de herramientas tecnológicas, de tal modo que permitiera de manera ágil suplir la necesidad», afirma Asobancaria.
El concepto de open banking fue uno de los más destacados debido a que hoy en día los clientes buscan una interpersonalización de sus productos y servicios.
No obstante, dado que todavía no se ha migrado a este y que a la fecha no existe una reglamentación que posibilite a cada persona compartir su información al sistema financiero, actualmente se deben hacer grandes esfuerzos y adecuaciones en los sistemas de los bancos para facilitar operaciones como la distribución de los subsidios de Gobierno.
«Esto a causa de la existencia de plataformas y aplicativos muy complejos que no son parametrizables, además del impacto generado ante el cambio de prioridades en materia de recursos físicos, talento humano, presupuestos, entre otros», analiza el informe.
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